sábado, 29 de septiembre de 2007

SELECCIÓN DE JUICIOS INTERNACIONALES SOBRE ALGUNAS OBRAS PEDAGÓGICAS DE JULIO LARREA



Sobre su primer libro CUESTIONES EDUCACIONALES

De Víctor Mercante, Decano –fundador de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Plata:

“Recibí y agradezco CUESTIONES EDUCACIONALES de que Ud. es autor: libro de palpitante actualidad, tratado con la pluma avezada del escritor y un concepto penetrante de la didáctica viviente. Seguro en el juicio y abundante en el pensamiento, pone Ud., en su libro, un calor no común: la juventud que comienza y el deseo que dinamiza, con la noble esperanza que todos hemos tenido de ver realizados, en plazo breve, los ideales a los que suelen oponerse obstáculos que el entusiasmo no siempre advierte. Saludo en Ud. a uno de nuestros fuertes. Tiene por delante cincuenta años de acción, y su soplo constructivo, no me cabe duda, será fecundo para su país y los demás americanos.”


De Adelmo R. Montenegro, ex Ministro de Educación de la Provincia de Santa Fe (Argentina) y ex –Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Córdoba:

“Desde el Ecuador nos llega este libro esperanzado y fuerte. Escrito en un estilo candente, va por sus páginas un aliento polémico que marca con inequívoca precisión la temperatura mental y emocional con que ha sido escrito. Debemos decir, con que ha sido vivido porque Larrea – y esto nos lo dice, sin decirlo su libro – pertenece a esa categoría de hombres excelentes a quienes interesa sobre todo la vida de la idea. No escribe para espejear ese Narciso que subyace en el fondo de todo hombre enturbiando la vida del espíritu: escribe porque quiere crear, porque tiene fe en el poder del pensamiento cuando es limpio, honrado y potente.”


De Constantino Wagüi, ex – Ministro de Educación de Nicaragua:

“Hace dos días emprendí la lectura de CUESTIONES EDUCACIONALES y al terminarla me he visto impelido a trazarle estas líneas para felicitarlo por la oportunidad de sus palabras y la profundidad de sus conceptos. Créalo, amigo Larrea, que son pocos los escritores que como Ud. esgrimen la péñola con tan viril entereza, dispuestos a dislocar el medio ambiente que esclaviza para imponer la palabra redentora, la idea – luz que ilumine las conciencias. Ud. ha sembrado al impulso magnánimo de un dinamismo vital, propio del heroísmo de una juventud de vastos conocimientos y experiencias, y es de esperar que la simiente fructifique. Sus excelentes cualidades de periodista, pedagogo y escritor y sociólogo están de relieve en éste su trabajo, y su pensamiento orientador aclara el escabroso y complejo problema de la educación: problema que entraña una importancia de trascendencia social enorme, pero que desgraciadamente la sociedad aún no ha evaluado”.



Acerca de su libro PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN ECUATORIANA


De Salvador Umaña, ex Ministro de Educación de Costa Rica:

“ Mucho me ha enseñado su libro en el que se plantean fundamentales problemas para el futuro de nuestra América, cuales son la educación popular en que van implícitas las “defensas científicas y técnicas para dignificar la vida y afirmar la democracia, “como dice Ud. en frase de oro y que constituyen la magna preocupación de los hombres vigilantes del Continente. Si la conciencia colectiva no está dormida, y no lo está ,su libro será de fecunda influencia tanto en el Ecuador como en estos otros países hermanos en los que el cuadro es semejante y en los que producirían inmediatos beneficios las atinadas sugestiones de su estudio. Un aplauso por su estilo: confirman que es Ud. un verdadero escritor y orientador a quien debemos consultar todos los que nos preocupamos por el futuro del medio social en que vivimos.”


De Luis Pérez Espinós, ex – Ministro de Educación de Cuba:

“Con verdadero agrado he leído su libro PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN ECUATORIANA en el que revela Ud. un profundo conocimiento y una gran comprensión de los problemas sociales de nuestros pueblos, tan dolorosos como comunes en casi todos los países de América. Libro de sustancia y médula exquisita , es a la vez un alarde de galano y bello estilo literario que proporciona el doble placer de su fondo y de su forma. Queda entre mis libros como uno de los más preciados. Me agrada sobremanera establecer relación con las personas que valen intelectualmente en nuestro Continente, y que como Ud. revelan una gran cultura y una alta comprensión de su verdadero sentido humano.”


De Jorge Eliécer Gaitán, ex –Ministro de Educación de Colombia:

“Su libro PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN ECUATORIANA , es el mejor ejemplo latinoamericano de cómo hay que investigar, plantear y resolver el magno problema de la educación en sus fines y perspectivas nacionales. Y por eso su libro es una profunda directriz para toda la América Latina.”


De Agenor Argüello, Director de diario Novedades, de San Salvador, República de El Salvador:

“Julio Larrea es todo un forjador de forjadores. Su pasión por la Pedagogía le ha hecho fecundo en la producción y el estudio. Claro y conciso en el estilo, de ojo clínico admirable, con su libro alerta a la observación de los muchos fenómenos que afectan la educación pública de su país; al escribir sobre ellos lo hace con acierto, al mismo tiempo que aconseja la terapéutica por él creída conveniente. Leyendo el libro del profesor Larrea se llega con facilidad al convencimiento de que los países americanos tienen todos ellos los mismos problemas educacionales. Pleno de conciencia magisterial, este gran guía de guías y hombre de cerebración fuerte, con su libro sobre Problemas de las educación ecuatoriana está contribuyendo a fijarle rumbo, no solamente a la enseñanza de su país, sino a la de todo el Continente, ya que en cada una de las parcelas se repiten las mismas características problemáticas. Su mentalidad ha sido adiestrada en las calistenias pedagógicas y en los estudios de los sistemas adaptativos a su región. Vive en eterna maceración de ideales. Habla con el convencimiento que da la posesión de una certeza.”





Sobre la primera edición del libro LA EDUCACIÓN NUEVA

De la revista de Filosofía The Personalist, de la Universidad de California, Los Angeles, Estados Unidos. Winter of 1953; vol. 34; Ner. 2.p. 88-:

“LA EDUCACIÓN NUEVA by Julio Larrea.- The present book by the distinguished Ecuadorean educator Julio Larrea, is an excellent and comprehensive overview of modern education, a field in which the author is an international authority. The book would be suitable as a textbook for teachers in training or lay folk who sometimes hold fantastic ideas of what constitutes the new education. Three particularly valuable points of the author;s emphasis are: the unity or integrative character of modern education; the fact it represents the synthesis of many historic factors and forces as over against the work of any single person or operative cause, and finally, the place of education in building One World, its international aspect.”



De la revista de Filosofía de Holanda, Overdruk, No. 93, abril de 1959. La Haya :

“El Profesor Larrea es muy conocido y prestigioso en el mundo pedagógico de América y Europa. La sola edición de su Revista (más vale decir, quizás, de un libro anual) NUEVA ERA, que está siendo publicada desde hace muchos años, le bastaría para ganarse una reputación internacional. En los últimos quince años ha ensanchado grandemente su visión y experiencia con muy largos y múltiples viajes a través de diversos países del Norte, Centro y Sudamérica así como en Europa. En este libro el autor se muestra como un grande y humano conocedor de todos los problemas relacionados con la educación contemporánea, así como también como un hombre sabio quien siente intuitivamente – demostrándolo – que es al maestro a quien toca una parte esencial de toda transformación concreta de los métodos de enseñanza. Esa sabiduría se refleja en cada página, en las agudas observaciones y en los consejos certeros: fruto del tratamiento esmerado de sus ricas experiencias. Este libro no sólo ha de leerse sino que también ha de ser estudiado y aplicado en todo el mundo.”



De A.S. Barr, Profesor de Educación Comparada y Política Educacional de la Universidad del Estado de Wisconsin:

“LA EDUCACIÓN NUEVA is a tremendously fine and stimulating book and I should think that it will help tremendously in directing educational thinking on both continents. You seem to have caught quite well the new education as expressed in writers in our country.”


De Ricardo Levene, ex – Rector de la Universidad de La Plata:

“He recibido su muy importante obra LA EDUCACIÓN NUEVA. Por su plan orgánico y su desarrollo metódico, trátase de una obra fundamental en América.”



De Francisco Romero, Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires, distinguido con el Premio Nacional de Filosofía en 1957:

“He estado examinando detenidamente varias partes de su obra LA EDUCACIÓN NUEVA. Hallo por todas partes las versación exacta y el fervor que singularizan su acción pedagógica.”



De Luis Reissig, ex – Director de la Revista La Educación, de la Unión Panamericana y ex – Consejero del Gobierno Argentino:

“Recibí su excelente libro LA EDUCACIÓN NUEVA, que leí de inmediato por ser libro suyo y por el profundo interés que despertó en mí su título y sumario de capítulos. Además de la precisa y necesaria recapitulación de los métodos modernos y escuelas nuevas y sus indicaciones utilísimas sobre la preparación general y profesional del maestro, directores e inspectores, y sobre organización escolar: lo que más atrae e impresiona es su clara visión de educador sobre los fines de la educación y el papel que ella puede y ha de desempeñar en nuestro mundo. Todo el libro está guiado por su auténtica vocación de maestro y su noble actitud frente a la vida educativa de nuestro tiempo.”



De Nicolás van Vliet, educador e intelectual holandés, muy conocido en Europa:


“Me descubro ante el dominio tan completo de la materia pedagógica que Ud. demuestra en su magnífico libro LA EDUCACIÓN NUEVA. Su libro testimonia gran sabiduría y profundos conocimientos.”


De Alberto Rembao, Director de La Nueva Democracia, de Nueva York:

“LA EDUCACIÓN NUEVA es una obra que representa una realización que merece mucho aplauso y mucho aliento. Estoy seguro de que va a servir mucho en un campo donde tanta orientación se necesita. Ud. es uno de los pocos privilegiados capaces de brindarla. Doy por supuesto que a Ud. no le parecerá mal si entramos a saco en su obra para reproducirla íntegramente en LA NUEVA DEMOCRACIA.”



De M. A. Texeira de Freitas, ex – Presidente de la Asociación Nacional de Educación de Brasil y Ministro de Educación de su país:

“Ninguna obra es superior a ésta en desenvolvimiento de temas que la del autor de LA EDUCACIÓN NUEVA, Julio Larrea, escrita con insuperable maestría. Su visión panorámica de las exigencias de las educación nueva en el mundo, y especialmente en América, el dominio completo de la materia a través de una extraordinaria riqueza de informaciones, la comprensión y el discernimiento de los aspectos todos del problema enfocado, las vastas corrientes del pensamiento pedagógico y político – social que la meditación y la cultura del autor abren a los gobiernos y a la educadores del Continente, son méritos, entre otros numerosos, del libro LA EDUCACIÓN NUEVA. Se distingue esta obra por la objetividad y seguridad insuperables y por el perfecto señalamiento del derrotero que debería seguir la reorganización social y técnico – administrativa de la enseñanza. Creo que no hay otro libro americano que haya abordado con igual eficiencia tan importantes aspectos prácticos, de trascendencia nacional e internacional.”



De Mariano Villaronga y de la División Técnica de la Secretaría de Educación Pública y Cultura de Puerto Rico, San Juan, l6 de junio de 1952:

“Distinguido Profesor Larrea: He tardado algún tiempo en contestar su atenta carta de mayo. Esperaba leer totalmente su libro LA EDUCACIÓN NUEVA y aguardaba el juicio de algunos colegas de nuestra División Técnicas a quienes pasé la obra. Hoy me place enviar a Ud. el juicio que formulan los especialistas de dicha División, juicio que comparto y suscribo personalmente. Sólo me resta felicitar a Ud. por tan importante contribución a nuestra literatura pedagógica. Le saluda muy cordialmente, (f) Mariano Villaronga.
El juicio de la División Técnica es el siguiente: Si conociéramos la creciente influencia de la pedagogía norteamericana en la educación de toda Latinoamérica, bastaría la lectura de la obra LA EDUCACIÓN NUEVA, del ecuatoriano Profesor Julio Larrea, para advertir la extensión y profundidad del movimiento pedagógico actual en esos países hermanos. Director de NUEVA ERA, Revista Internacional de Educación, publicada en Quito, en la cual colaboran los más insignes pedagogos del Hemisferio; Profesor de amplia experiencia y autoridad; colaborador de diversas organizaciones del extranjero, entre ellas la UNESCO; Julio Larrea es un educador de vanguardia, portavoz e intérprete de las nuevas orientaciones en el campo de la docencia. Su obra PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN ECUATORIANA, publicada en 1939, es obligada referencia para los que deseen conocer el pensamiento y la acción educativa del Ecuador.
En LA EDUCACIÓN NUEVA no solamente que nos presenta los elementos que integran esa orientación educacional, sino que nos hace saludables advertencias que se relacionan con lo que consideramos son excesos y peligros en que pueda incurrir el educador moderno.

El propósito principal del Profesor Larrea en este libro es desarrollar la conciencia pedagógica y profesional del maestro, mostrarle los horizontes y aclararle su visión. Para este autor, el maestro es el eje de la acción docente y necesita percatarse de que es parte central de la misma. Aquí se evidencia claramente la advertencia contra el exceso de atención que la pedagogía moderna asigna fervorosamente al alumno. En el afán de considerar el sujeto de la educación como foco de la acción didáctica, el maestro ha quedado olvidado. Llevarle el mensaje de fe y ayudarle a percibir el sentido amplio y vital de su apostolado es preocupación de Julio Larrea.

La obra es muy abarcadora en su temario: atmósfera, significado, fines, organización y métodos de la educación nueva. Sin embargo, la forma en que cada tema es abordado resulta interesante ya que procura establecer esos nexos vivos que dan carácter unitario y orgánico a los tópicos pedagógicos.. La obra cubre mayormente problemas e interrogantes de fundamental significación.

Julio Larrea se nos muestra aquí como uno de los devotos de la democracia y la justicia social . Éste es uno de esos pocos pedagogos - ¡ojalá fueran más ! – que no se conforman con el estrecho campo de acción de la didáctica. Sus miras se dirigen hacia la solución eventual de los males que afligen al mundo. Le preocupan los problemas del analfabetismo, la superstición, el fanatismo, la servidumbre en sus diversas formas, los bajos niveles de vida, los prejuicios raciales, las trágicas cifras de la mortalidad infantil, etc., etc.. Para la solución de estos problemas Larrea nos presenta una visión ecuménica: a la comprensión internacional le dedica un capítulo. No cree en reformismos unilaterales y superficiales. Los esfuerzos salvadores son algo trascendental, con amplios planes que movilizan grandes recursos y se apoyan en cimientos de la historia grande.

Para realizar estos fines hay que atender cuidadosamente la formación del maestro no basta formar al profesional - nos dice – hay que formar, en el maestro, al hombre de cualidades esenciales. El problema no es simplemente uno de dominio de la ciencia y de la técnica. La educación se deforma cuando degenera en rutina superficial de técnica pedagógica. Lo importante es la formación liberal del educador.
He aquí otra saludable advertencia. Éste es el punto de vida de los que en los Estados Unidos han dado la voz de alarma frente al peligro que constituye el énfasis exagerado sobre los métodos y técnicas. Adler, Hutchings y otros en Norteamérica, al igual que Ortega y Gasset, suscribirían esos puntos de vista de Larrea sobre la formación del maestro.
Escrito en estilo elegante, con admirable precisión expositiva, esta obra sería de grandísima utilidad tanto para maestros en ejercicio como para los estudiantes que se preparan para asumir la delicada misión en esta profesión espiritual.”

Sobre su libro de DIDÁCTICA GENERAL

De Fernando de Azevedo , notable sociólogo brasileño:

“Lo que antes había leído sobre Didáctica General, de autor latinoamericano, fue la obra de A. M. Aguayo, de Cuba. Eso, hace muchos años. Ud., mi ilustre amigo, retoma en ese campo de estudios, dándole la atención vigilante de un Maestro, el movimiento de interés por ellos, con un original cuidado en la manera de tratarlos. En el Brasil, todavía no aparece una obra que pueda compararse a las de Aguayo y de Ud..,Ciertamente tenemos en el país profundos conocedores de los problemas de la educación, como para citar a los tres mayores, Anisio Teiseira, M. B. Lourenço Filho y A. F. de Almeida, jr.... Pero, en el dominio de la Didáctica, Larrea y Aguayo figuran en primer plano en la América Latina.”


Del crítico español Julián Caparrós Morata:

“Sólo a la luz de la rica producción pedagógica dispar podemos comprender el valor de la obra de Larrea. Su libro de DIDÁCTICA GENERAL marca época en la historia del libro pedagógico de ámbito castellano. Nosotros no creemos caer en hipérbole al destacar ésta su característica de IMPAR, NO SUPERADA Y DIFÍCILMENTE SUPERABLE. No sólo por la temática que nutre sus densas, enjundiosas páginas; no sólo por el sistema y rigor de enfoque y tratamiento; sino – y esto queremos destacarlo – por el espíritu humano que vivifica temática y técnica, raíz y copa ,arranque y meta”.


Del pedagogo español Santiago Hernández Ruiz:

“Esta es una obra estupenda. Cumple en ella el autor con creces lo que promete en su luminoso y valiente Prólogo. Para apreciar la calidad sistemática del trabajo del ilustre Profesor Larrea, personalidad pedagógica ultracontinental, basta dar una rápida lectura al índice y apreciar lo completo de la visión didáctica y la consecuencia interna de la materia, deducida del orden de sucesión de los capítulos. Y luego, cada capítulo aparece tratado con singular acierto y gran riqueza de materia nueva, en el mejor sentido de la palabra: novedad válida, porque está concebida en continuidad funcional con la totalidad de la obra de la Humanidad de todos los tiempos. La obra de DIDÁCTICA GENERAL une a los valores espirituales mencionados, los de carácter práctico, con la enorme competencia del Profesor Larrea. Los maestros encontrarán en las sapientes páginas de este gran libro, soluciones abundantes y certeras para sus problemas.”




Acerca de su libro DIDÁCTICA DE LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLAS

De la Revista Cuadernos, de París, No. 50:

“Ningún educador que luche por las revaloración de la palabra y por la justeza de su utilización debe dejar de conocer esta obra en la que encontrará mucho de provecho, tanto si su misión docente se ejerce sobre los párvulos y alumnos de enseñanza primaria, como si se dirige a los de segunda enseñanzas y hasta a los de enseñanza universitaria. Los autores agotan el tema y presentan unas obra completa y original.”


De El Comercio, decano de la prensa de Quito:

“Ninguna obra ha sido publicada hasta hoy como ésta para dilucidar con profundidad y claridad sobre los más variados y complejos problemas de la enseñanza y el aprendizaje de la Lengua y la Literatura Españolas.”


De Germán Arciniegas, ex – Ministro de Educación de Colombia, por dos veces, y Profesor ´de Literatura en universidades de su país y de los Estados Unidos:

“Este libro será recibido con inmenso interés por los educadores de las dos Américas porque responde a los interrogantes más inquietantes de la enseñanza planeada y conscientes de sus fines. Los más difíciles problemas de la enseñanza desde la escuela primaria hasta la universidad, son abordados en forma magistral.”




Sobre su libro titulado LA EDUCACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS

Del Boletín Trimestral del Proyecto Principal de Educación de la UNESCO, Vol. ll, No. 7. Julio – setiembre de 1960. Páginas 121 – 122:

“El Profesor Julio Larrea desarrolla el tema de este libro con una notable concisión. Nada de fárragos de cifras, nombres ni reseñas fugaces de instituciones, biografías aparatosa ni enumeraciones presuntuosas, sino presentaciones fieles a las realidades efectivas en relación con todos los aspectos de la educación: tendencias, ideales, sentido democrático, organización de las escuelas en todos los grados, formación del magisterio, relación entre la escuela y la comunidad, experimentación pedagógica permanente y para atender situaciones de emergencia, etc..

Pero en Larrea, la fidelidad a los valores reales del objeto descrito y la imparcialidad en el tratamiento de los hechos, no es nunca fría descripción ni disección especulativa en un terreno de objetividad abstracta. La comparación con el ser propio, con las realidades latinoamericanas, a veces atormentadoras, pero en modo alguno exentas de valores propios capaces de resistir la comparación con los mejores de allende el Bravo, está presente siempre. Pudiera temerse, es de temer, las más de las veces, un sentimiento amargo de inferioridad que se traduzca en deprimente prurito de la imitación servil; pero en este caso, tal temor es infundado en principio, y a quien o tuviese, se le disipará enseguida, no sólo por la reconocida independencia mental del autor, sino porque expresamente se previene contra tal sentimiento al lector mismo en el primer capítulo de la obra, notable por su contenido y su estilo a la vez.

¿Cómo aprovechar lo valioso de los Estados Unidos? – se pregunta Larrea -. Y escribe enseguida: La respuesta que esclarezca nuestro destino y que cifre los deberes del conocimiento recíproco y del intercambio de experiencias, la hemos de encontrar en la necesidad de partir del descubrimiento de los valores humanos y culturales de nuestros pueblos, tales como de hecho son, a fin de interpretar los motivos de nuestro retraso y las fuerzas vivas y potenciales que hemos de encauzar e integrar hacia un progreso planificado. Los retrasos no podemos corregirlos con la copia. Tenemos el deber de latinoamericanos de reconocer, definir, elevar nuestra realidad.La copia o el trasplante no hacen sino suplantar la realidad , inventarla.”




JUICIOS SOBRE “NUEVA ERA”,

REVISTA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN Y CULTURA

FUNDADA Y DIRIGIDA POR JULIO LARREA


De Organismos Internacionales de la Educación, la Ciencia y la Cultura


De Pedro de Alba, en su calidad de Sub – Director de la Unión Panamericana:

“De las ediciones de NUEVA ERA se puede desprender la historia de la educación pública de América..”



De Lectura para maestros, órgano de la Unión Panamericana:

“En el volumen XIII, publicado en México, D. F., se reafirma aún más el carácter de tribuna de los líderes de la educación contemporánea que distingue a esta inigualada publicación.”



De Julian Huxley, Director General de la UNESCO:

“Yo estoy muy interesado en la obra que Ud. ha emprendido y aprovecho la ocasión para hacerle llegar mi aplauso por el valor de la Revista que Ud. dirige. Estoy cierto que todos los obtendrán grande provecho de la experiencia de Ud. sobre las cosas de la educación en general y de la formación docente en particular.”



De Jean Guiton, Director Adjunto de la UNESCO:

“El anuncio del envío de otro volumen de NUEVA ERA es para nosotros una excelente noticia, por ser esa Revista que Ud. dirige con tanta eminencia, una de nuestras mejores fuentes de información sobre la América Latina, en materia de educación.”


De Pedro Roselló, Sub – Director del Bureau International de Education, de Ginebra:

“No tengo que decirle, distinguido amigo Julio Larrea, el interés con que consultamos en la Oficina Internacional de Educación su Revista NUEVA ERA. Figura, como se merece, en lugar preeminente entre las trescientas revistas pedagógicas que recibimos del mundo entero. Es un precioso instrumento de trabajo que honra a su Director.”


De Guillermo Nannetti, miembro del Consejo Ejecutivo de la UNESCO y Director de la División de Educación de la Unión Panamericana:

“En París tuve la satisfacción de recibir el volumen XIX de NUEVA ERA, que está a la altura de los anteriores por la selección y densidad de su contenido. Una vez más le envío mis cordiales felicitaciones por el gran esfuerzo que usted realiza a favor de la educación americana.”



De Antonio de Gamarra, Director de Prensa e Información de la UNESCO:

“Recibí el último volumen de NUEVA ERA. El trabajo de Ud. merece muy calurosas felicitaciones. Uno no llega a concebir cómo puede usted reunir materiales tan interesantes, con las pocas facilidades que tiene. El mérito de poder publicar tan frecuentemente un volumen en el que ofrece un aspecto tan amplio de la educación es indiscutible.”



LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS DEL ECUADOR
EXPRESÓ SU JUICIO ALTO E ILUSTRADO,
RESPETABLE Y CONCLUYENTE , SOBRE NUEVA ERA

En documento memorable, aprobado en sesión pública y dirigido al Sr. Ministro de Educación.

Cámara de Diputados – No. 849
Quito, a 14 de octubre de 1952
Sr. Ministro de Educación
Ciudad

Sr. Ministro:

La H. Cámara de Diputados, en sesión del 13 del presente, aprobó el siguiente informe de la Comisión de Educación:

“Sr. Presidente de la H.Cámara de Diputados:

Vuestra Comisión de Educación ha estudiado atentamente, Sr. Presidente, la solicitud presentada por el Profesor Sr. Julio Larrea, Director de la Revista Pedagógica NUEVA ERA, y ha examinado con interés el volumen XX de esta muy prestigiosa Revista.

El volumen XX o cualquier otro tomado al azar, Sr. Presidente, demostraría con sumas claridad:

1- La alta calidad filosófica, científica y técnica de los estudios y artículos que la Revista NUEVA ERA ha presentado siempre.

2- La vista panorámica hacia todos los planos y ángulos de la educación, a través de una inmensa variedad de material pedagógico y mediante la colaboración de los más eminentes educadores de nuestro tiempo.

3- La gran importancia que la Revista ha adquirido en el mundo, como lo atestiguan los juicios de los más autorizados organismos de la educación internacional y de los más calificados representantes de la educación contemporánea, quienes la han declarado la mejor en su género.

4- Cada volumen ha sido un libro de más de 300 páginas y ha revelado la plausible consagración, el conocimiento, la fe y la vocación del Dr. Larrea para el servicio desinteresado al progreso educativo del Ecuador, por medio de la elevación de la conciencia profesional del magisterio.

Por las consideraciones enumeradas, la Comisión de Educación pide a la H. Cámara que, atendiendo ampliamente al pedido del Dr. Julio Larrea, se oficie al Sr. Ministro de Educación con la transcripción de este informe, recomendándole, de modo especial, la concesión inmediata de la Imprenta para la edición del volumen XXI, y a su tiempo, de los siguientes. Las cosas de la cultura, y en ellas primordialmente las de la educación, sobre todo cuando han alcanzado un mérito singular, deben ser objeto de auspicio fervoroso por parte del Estado, Sr. Presidente.

(f) HH. Luis Fernando Ruiz - Víctor Alejandro Jaramillo
Oswaldo Camacho – Jacinto Acosta - Colón González
Rodrigo Cordero Crespo


Que transcribo a Ud. para los fines legales consiguientes.


(f ) Dr. Ramiro Borja y Borja
Secretario de la H. Cámara de Diputados”



De Presidentes de Repúblicas Americanas


De Ricardo J. Alfaro, Presidente de Panamá:

“Me ha sido en extremo grato recibir la Revista NUEVA ERA. Su presentación elegante, su contenido enjundioso, los nobles ideales que sustenta, hacen de esta publicación un brillante testimonio de la cultura y una fuente de placer y de provecho para todos los amantes de la educación como elemento primordial del progreso y de las libertad de los pueblos.”


De Carlos Arroyo del Río, Presidente del Ecuador:

“NUEVA ERA es digna de todo encomio y honra incomparablemente al Ecuador.”


De Alberto Lleras Camargo, Presidente de Colombia:

“Nuestra biblioteca ha recibido con el mayor aprecio los últimos volúmenes de NUEVA ERA que hablan muy alto de los conocimientos y capacidades de su distinguido Director.”






De Ministros y Secretarios de Educación Nacional


De Luis B. Prieto, Ministro de Venezuela:

“La generosa labor de NUEVA ERA América agradece. Está contribuyendo en mayor grado a vincularnos que medio siglo de conferencias hispanoamericanas.”


De Germán Arciniegas, Ministro de Colombia:

“NUEVA ERA me parece publicación ejemplar. No excesivamente técnica, como esas revistas pedagógicas deshumanizadas que todo lo reducen a los problemas profesionales de los maestros. No perdidamente literaria, como esas otras que por el amor a la retórica se olvidan de la estimación que las ciencias merecen. Ud. logra un difícil justo medio y nos regala con un libro periódico donde hay abundancia de buena lectura.”


De Jorge Mañach, Ministro de Cuba:

“Lo felicito por NUEVA ERA y por su contenido científico neto.”



De Carlos Martínez Durán, Ministro de Guatemala:

“En NUEVA ERA encontramos el pensamiento y la acción de los más grandes espíritus americanos.”


De Octavio Méndez Pereira, Ministro de Panamá:

“Este volumen (el VIII) ha acrecentado mi admiración por su tesonera e inteligente en un medio que, como todos los nuestros, ha de ser hostil e indiferente con las cosas ideales.”


De Lourenço Filho, Ministro de Brasil:

“Tenga Ud. la seguridad de que NUEVA ERA es aquí, en el Brasil, grandemente apreciada y que tiene la mejor acogida en nuestros círculos de educadores”


De Pedro Cebollero, Comisionado de Educación de Puerto Rico:

“NUEVA ERA me ha impresionado por el contenido moderno, práctico y valiente, tan apartado de lo que era y son ¡ay! tantas revistas suramericanas de pedagogía.”


De Samuel Miller Brownell, Comisionado de Educación de los Estados Unidos:

“Deseo expresarle mis más sinceras gracias por el envío del volumen XXII de su muy interesante Revista NUEVA ERA. Lo he leído con sumo interés. Los artículos escritos por distinguidos educadores de este Hemisferio son variados y abarcan diversos aspectos de la educación. Estos proporcionan, junto con interesantes comentarios editoriales, notas bibliográficas y esquemas biográficos, información de grandísimo valor para todas las personas interesadas en cuestiones internacionales en materia de educación.”





De Rectores de Universidades


De Agustín Nieto Caballero, Rector de la Universidad de Bogotá:

“Gratísimo ha sido para mí recibir el estupendo volumen de NUEVA ERA (el XIX), en el que Ud. ha reunido, en armónico conjunto, el pensamiento de los mejores amigos de la escuela nueva. Admirable su labor, amigo Larrea. Su Revista, tan notablemente inspirada, nos hace sentirnos a todos los maestros de buena voluntad la fraternidad de nuestro sentimiento y la casi identidad de los propósitos que nos animan. No desmaye Ud. en su esfuerzo. Recuerde que cerca de su espíritu y de su corazón estamos todos los que aún tenemos fe en la educación.”


De Jaime de la Guardia, Rector de la Universidad de Panamá:

“Su obra educativa, expresada en NUEVA ERA, es merecedora del aplauso continental. Su Revista es un órgano auténtico de la cultura de América.”


De Alfredo L. Palacios, Presidente de la Universidad de La Plata (Argentina):

“NUEVA ERA ha seguido una carrera ascendente, paralelamente a sus libros, siempre al servicio de la renovación profunda educativa que llega hasta la universidad y que contribuye poderosamente a la vinculación de nuestros pueblos.”


De Juvenal Hernández, Rector de la Universidad de Chile:

“La Universidad de Chile tuvo el honor de publicar NUEVA ERA y servir concretamente con ello a los altos intereses de la educación de América y del mundo. Es ésta la oportunidad paa repetirle mi felicitación por su excelente labor en Chile mediante cursos y conferencias en la Universidad.”






Juicios de diarios y revistas



De El Mercurio de Santiago de Chile:

“Ya es un milagro mantener entre nuestras repúblicas, tan poco pródigas en las manifestaciones de cultura, una Revista periódica de la intención, la jerarquía y la lucidez espiritual de NUEVA ERA.”


Del diario Novedades, de Managua, Nicaragua:

“La mejor Revista Pedagógica de América se publica en el Ecuador. Se llama NUEVA ERA y la dirige el profesor Julio Larrea, un apasionado por la cultura. NUEVA ERA es la más alta tribuna pedagógica de América. Los volúmenes publicados son toda una Biblioteca para los maestros del Continente.”


De El Nacional, de México:

“Silenciosa, calladamente, el pensamiento se está continentalizando a través de NUEVA ERA.”

De Romance, No. 10, de México:

“Con el presente volumen (el VII) llega hasta nosotros una de las expresiones más logradas de la preocupación que late por los problemas educativos de todo el Continente.”


De Educación y Cultura, de México:

“Es difícil dar una idea aproximada de toda la importancia y magnífica orientación de esta Revista que honra a su Director.”


De la Revista Mexicana de Educación:

“Forma esta volumen ( el VIII) una obra de 340 páginas con nutrido y selecto material que la convierte en un verdadero manual de positiva utilidad para los maestros.”


De La Comuna, de Lomas de Zamora, Argentina:

“NUEVA ERA es el mejor libro que se publica en materia pedagógica. En Europa no hay ni asomo de algo semejante.”


De Gustavo Salgado, Redactor en Jefe del diario El Comercio, de Quito, el más importante del Ecuador:

“Los quince años cumplidos por la Revista NUEVA ERA en su segunda época no pueden pasar inadvertidos a educadores y profanos. Y privándonos de comentar el contenido rico y concentrado del volumen XXI de la Revista del Profesor Larrea, querríamos decir unas palabras acerca de esta realización en el campo educativo.

Hemos observado que en el Ecuador casi siempre es necesario hacer mingas para publicar dos o tres números de una revista condenada de antemano a la desaparición. Y la minga no solamente aparecía en el esfuerzo material para la publicación , sino en los aportes intelectuales de autores de artículos . Los promotores tenían que recorrer un verdadero calvario hasta arrancar la esperada colaboración de una pluma distinguida que tal vez salvaría económicamente a la nueva publicación.

Grupos literarios se han fundado a lo largo de los últimos veinticinco años con el exclusivo objeto de publicar revistas. Los grupos han subsistido, pero la revista murió sin gloria. Los grupos han subsistido, pero no han hecho ningún esfuerzo para resucitar la revista.

Y ése es el panorama ecuatoriano en lo que a revistas se refiere, panorama desesperante y angustioso.

Frente a él se yergue en desafío constante e intrépido NUEVA ERA. Alimentada Por quien lleva en su espíritu la vocación docente y curtida en una lucha desigual en todos los frente, la Revista no ha hecho más que crecer y crecer.

Para mantenerla no hubo cenáculos literarios ni docentes; ni oportunas subvenciones presupuestarias; ni compra de derechos de autor; ni lo que en el Ecuador todo decide: el alto cargo público desde el cual se puede asegurar una publicación.

Sin embargo creció NUEVA ERA en lucha constante con la indiferencia, la resistencias y el prejuicio.

Desde el Exterior le llegó el impulso espiritual y generoso, en forma de colaboraciones de los pensadores y forjadores de la educación contemporánea. Primero de América Latina, después de los Estados Unidos y más tarde de Europa occidental.

Mantovani, Bassi, Filho, Washburne, Luzuriaga, Rembao y tantos otros, nos hacen oír su voz autorizada y sincera sobre los más variados aspectos y problemas que lleva consigo la educación de todos los tiempos.

En esta forma creció NUEVA ERA hasta merecer por pleno derecho ser llamada tribuna de los líderes de la educación contemporánea.

En el curso de sus quince años (segunda época) la Revista ha recibido los homenajes más elocuentes de tantas personalidades dispersas de América y Europa.

Los testimonios de admiración son tantos y de tan alta calidad que no sabríamos por cual decidirnos. Sin embargo, Luzuriaga consagra la vocación y la lucha del Profesor Larrea con estas palabras: Sigo leyendo con gran interés NUEVA ERA, que es la única revista legible en lengua española.”






JUICIOS DE PERSONALIDADES ALTAMENTE
REPRESENTATIVAS DE LA EDUCACIÓN
Y LA CULTURA INTERNACIONALES


De los Estados Unidos de América

De Carleton Washburne, creador del Sistema Winnetka:

“No conozco otra Revista de la magnitud de NUEVA ERA en nuestro Continente.”


De Ronald Hilton, Profesor de Cultura Latinoamericana y de Asuntos Internacionales en la Universidad de Standford, California:

“Yo no sé qué sería de Hispanoamérica si no hubiese más que política, si faltaran esos individuos quienes, como Ud., no dejan apagarse el fuego sagrado de la cultura. Lo felicito de todo corazón por la labor individual, heroica, que está Ud. realizando. Es desgraciadamente típico de las cosas culturales que sean producto de un solo hombre creador, sin el cual no podrían continuar y de hecho no continuarían.”


De Boyd H. Bode, Profesor que fue de numerosas universidades norteamericanas y autor de libros mundialmente famosos en el campo de la Filosofía de la Educación:

“El trabajo que Ud. desarrolla consiste en acomodar admirablemente su talento y previsión a los fines de la educación internacional.”


De Frederick Redeffer, Profesor Emérito de New York University:

“Ud. merece el más alto elogio de todos los educadores del Hemisferio Occidental por la publicación de su valiosa y pulcra Revista.”


De H. M. Chambers, Presidente del American Council on Education:

“NUEVA ERA es la más admirable publicación pedagógica del mundo.”



De Cameron Duncan Ebaugh, Especialista en Educación Comparada:

“Le digo con sinceridad que no conozco otra Revista que ofrezca al lector la variedad, la calidad y la cantidad de colaboraciones para la comprensión de los problemas educativos y para el acercamiento cultural.”



De Robert King Hall, Profesor de Educación Comparada de Columbia University (New York) y co – Editor de Year Book Of Education:

“Yo he admirado siempre su obra pedagógica en sus libros y en NUEVA ERA. Su acierto y desprendimiento han sido comentados muchas veces en grandes asambleas y reuniones internacionales. ¿Cómo puede contar Ud.. con colaboradores notables. Year Book Of Education, a pesar de su renombre mundial tropieza, en ese campo , con frecuentes problemas, hasta al tratarse de educadores e intelectuales consagrados.”





De España


De Lorenzo Luzuriaga, Director de la Revista de Pedagogía:

“Sigo leyendo con gran interés NUEVA ERA que es la única Revista pedagógica legible en lengua española.”


De Santiago Hernández Ruiz, Profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México:

“Hoy por hoy no hay nada que iguale a NUEVA ERA en materia de revistas pedagógicas, tanto por la calidad como por la amplitud de horizontes. Lo que agiganta su figura de titán de la educación, amigo Larrea, es esta Revista suya, una epopeya publicitaria sin ejemplo, pues sólo el que anda en estas cosas de publicidad sabe lo que es sostener la mejor Revista Pedagógica del mundo a fuerza de pura voluntad y trabajo, en lucha desesperada con el huidizo centavo.”


De José Zaragoza Antich:

“En su Revista NUEVA ERA aparecen los más palpitantes problemas de la educación y la cultura contemporáneas.”


De Julián Caparrós Morata:

“NUEVA ERA merece la admiración cordial del mundo.”


De Fernando Sáinz:

“Su Revista considero un asombro de laboriosidad, iniciativa y esfuerzo.”




De Francia


De Raymond Ronze, Directeur du Groupement des Universités et Grandes Écoles de France :

« Profesores y estudiantes de la Universidad de París leerán con provecho extraordinario los estudios de eminentes pedagogos en NUEVA ERA.”


De Henry Piéron, Profesor que fue de la Universidad de París y del Colegio de Francia:

“Le hago llegar mi fervorosa felicitación y mi viva simpatía para Ud. por su magnífica NUEVA ERA.”




De Inglaterra


De J. A. Lauwerys, Profesor de la Universidad de Londres y co – Editor de World Year Book Of Education:

“Ninguna revista como NUEVA ERA sirve en el Instituto que dirijo, para facilitar los estudios de Educación Comparada.”


De Italia


De Elsa Bergamaschi, Presidenta de la Liga Italiana de la Nueva Educación:

“Mi impresión sobre NUEVA ERA es óptima. Se trata de una publicación de interés mundial porque no solamente es rica en noticias, sino por estar anchamente abierta a todas las corrientes pedagógicas y a todo el movimiento grande y único, de la educación nueva. Es una obras que merece todo elogio. Merece, sobre todo, el interés y el estímulo de los educadores de todo el mundo, porque está hecha en tal modo de constituir el órgano más completo de la unión pedagógica de educadores y países.”


De Dino Origlia, Secretario de la Federazione Nuova Educazione d’Italia:

“ Por todo concepto su Revista nos parece la mejor de todas las que se ocupan del problema pedagógico.”


De Bélgica


De E. Wilputte :

« NUEVA ERA es una Revista Pedagógica incomparable en méritos y aciertos.”


De Albert Petters, Inspector de Enseñanza Secundaria:

“Recibí su incomparable Revista NUEVA ERA. Su nombre y su presencia conservo hondamente en la memoria. Es Ud. uno de los mejores recuerdos del Seminario Pedagógico de Inglaterra .




De la Argentina


De Ángel C. Bassi, Director General de Educación de la Provincia de Buenos Aires :

“Los Editoriales de NUEVA ERA son obra de un eximio educador con las raras condiciones de hombre de Estado y presenta Ud. en ellos n cuadro tan real del estado de la educación en casi todos los países de la América Latina y de sus remedios, que le habilitan plenamente para ejercer en cualquiera de ellos el cargo de Ministro de Instrucción Pública.”


De Juan Mantovani, Profesor de la Universidad de Buenos Aires:

“Veo su nombre imponerse cada vez más con justificada reputación, por la clara conciencia de los problemas de la educación americana y por su obra de difusión y coordinación del pensamiento continental a través de NUEVA ERA. Hay en su Revista una tan valiosa documentación de ideas pedagógicas continentales de este siglo, que a ella tendrá que acudirse en cualquier esfuerzo de ordenación y exposición futuras.”


De Francisco Romero, Profesor de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires:

“Esta Revista es uno de esos pocos hogares iberoamericanos donde muchos nos encontramos y nos reconocemos, descubriendo nuestra condición fraternal y el paralelismo de nuestras obligaciones. Todos, pues, debemos a Ud. reconocimiento por ello, aparte del que le deba la cultura de nuestros países.”


De Ernesto Nelson, Inspector General de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial de la Nación Argentina:

“NUEVA ERA nos da a esas palabras un sentido convincente, nos acercamos espiritualmente a los valores más permanentes, en esta época en que han irrumpido tantos monederos falsos, tantos buhoneros que quieren negarnos con sus baratijas; regala optimismo cuando las dudas empiezan a cercanos. Ud., sin jactancia ni sórdido interés, continúa llamado revista a esa Antología de trescientas páginas cuando cien bastarían para suscitar igual interés y gratitud.”
De Brasil


De Carneiro Leâo, Ministro de Educación Nacional:

“¡Qué magnífica Revista la suya! Ninguna otra conozco en nuestra América Latina que a ella pueda equipararse!”


De Fernando de Azevedo, miembro de la Academia de Inmortales de la Educación:

“Conozco y admiro el notable esfuerzo que viene Ud. desenvolviendo para levantar con NUEVA ERA – como ya lo ha conseguido – una tribuna de los líderes de la educación contemporánea - . Le felicito una vez más por su Revista, la más importante sobre problemas de la educación de la América del Sur.”


De M. A. Texeira de Freitas:

“Le expreso la admiración y el inmenso aprecio que se merece la nobilísima vida de Julio Larrea, como sociólogo, publicista y educador, tanto por su iluminado idealismo como figura humana y ciudadano de América. Y más todavía por la significación trascendente de la obra inmensa e inexplicable que viene realizando el incansable Director de NUEVA ERA, en pro de la educación, de la cultura, de la justicia social y de la fraternidad de nuestro Continente.”




De Bolivia


De Vicente Donoso Torres, Presidente que fue del Consejo Nacional de Educación:

“NUEVA ERA es la tribuna más alta de América en lo que se refiere a cuestiones educacionales. Es Ud. uno de nuestros más legítimos valores americanos que se ha conquistado el puesto que ocupa en la Pedagogía Continental a base de talento, de esfuerzo y de buen corazón.”



De Colombia

De Alejandro Cano, Director General de Educación Nacional:

“Su gran Revista NUEVA ERA es el mejor medio de divulgación educativa conocido hasta hoy en América. Lo realmente cierto es que NUEVA ERA continúa siendo la mejor publicación, en su género, que aparece actualmente en el mundo.”

De Cuba

De Pedro Avalos Torrens, Director que fue de la Biblioteca Pública de Matanzas:

“Me es placentero decirle que NUEVA ERA es la única Revista de Educación que los lectores de esta Biblioteca tienen que esperar turno para consultarla.”


De Chile


De Amanda Labarca, Directora del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Chile:

“Recibí la magnífica Revista que Ud. dirige. Permítame felicitarle por el acierto inteligente con que está seleccionado su material y por el valioso aporte que significa para el estudio de los problemas culturales de nuestra Indoamérica.”


De M. Salas Marchán, en su calidad de Director General de Educación:

“Creo que NUEVA ERA debería constituir la obra predilecta de Escuelas Normales e Institutos de Pedagogía de América.”



De Uruguay


De Gastón Figueira:

“En la actualidad NUEVA ERA me parece la mejor Revista Pedagógica de América.”


De Otto Niemann, Presidente que fue de la confederación Americana de Maestros:

“NUEVA ERA es la Revista Pedagógica de América. Espero que, a pesar de la marcha de los acontecimientos, su obra fecunda podrá mantenerse en pie como un faro – guía en la reconstrucción del mundo. Yo me habitué a leer primero su editorial siempre claro y profundo, con visión aguda de la realidad a la vez que de valor crítico constructivo, dentro de una lógica que rompe los ojos a los que saben y no quieren ver.”
De Alberto Alves:

“Llegó a mi poder el hermoso ejemplar de su Revista que lleva el volumen XXI . Me place reiterarle los mejores augurios por la continuidad de esa publicación que evidencia con la jerarquía de su enjundioso contenido el singular esfuerzo de un hombre que con alto optimismo enfrenta los problemas de la cultura con definidos anhelos de superación para el bien de la cultura americana..”



De Venezuela

De Rafael Brunicardi:


“NUEVA ERA es una Revista que puede darle orgullosamente la vuelta al ruedo de América.”


De Arturo Croce, Director General de Cultura:

“NUEVA ERA es el más autorizado instrumento del progreso educativo de nuestra América y el mejor vehículo para la fraternidad de los pueblos de todo el mundo.”

LAS HONRAS FÚNEBRES


Las honras fúnebres para el pedagogo JULIO LARREA se llevaron a cabo en Quito, Ecuador, el 21 de enero de 1988. Sus cenizas fueron llevadas desde la Argentina, por su esposa, Elba A. Martínez de Larrea, invitada por la Presidencia de la República del Ecuador, a cargo del Ingeniero León Febres Cordero. En esta ocasión hizo uso de la palabra a nombre del Gobierno, la Secretaria de Cultura, la escritora la Sra. Teresa León de Noboa, quien se expresó en los siguientes términos:

El Ecuador dolorosamente padece de un defecto grave: reconocer los valores y cualidades inmanentes de sus grandes hombres cuando ellos han partido. Esto es doblemente lamentable, pues faltó el tiempo oportuno para, a la vez de reconocer sus atributos, justipreciarlos a través de una adecuada ubicación dentro del ámbito estatal, permitiendo así que estos seres privilegiados se realicen dentro de su propio medio, beneficiando al desarrollo nacional, del que tanto necesitamos; y además porque los prohombres que vivieron este exilio, en este caso voluntario, regresan hoy sin la certeza de que fueron comprendidos.
Así ha vuelto a nuestra geografía el eminente señor Dr. Julio Larrea que tan bien enalteció el nombre de nuestra patria en varias partes del mundo.
Apenas ahora nos ufanamos, después de conocer tardíamente su trabajo, en admirarlo en el campo educativo y cultural, que llenó toda su existencia, especialmente como maestro universitario e infatigable escritor pedagógico, como lo demuestra su múltiple producción bibliográfica, cuyo núcleo ideológico fue el hombre y su problemática formativa.
En el Ministerio de Educación y Cultura tiene un sitio preponderante, puesto que su vida y su labor trazaron trayectoria indeleble que ha abierto rutas para las generaciones presente y futuras que trataran de imitarlo. Rindo póstumo homenaje a su memoria a nombre de la institución y del personero que hoy dirige sus destinos.
Siento dentro de mí el verdadero estremecimiento, porque a la vez que estoy frente a los despojos mortales, estoy con el alma abierta al lado de su esposa, una hermana latinoamericana; ella es la que recoge la admiración, respeto y gratitud por las experiencias que vivió junto con su compañero.
Dr. Larrea: su vasta labor intelectual será fructífera, porque el mensaje llegará a la juventud.
Estará gozando de la tranquilidad de su misión cumplida, en este santuario.



A continuación, su esposa, la Dra. Elba A. Martínez de Larrea, agradeció a las autoridades, como sigue:
Vengo desde la lejana tierra argentina a la célebre y heroica Quito, invitada por el Gobierno de la República del Ecuador, para rendir postrer homenaje a quien fuera en vida JULIO LARREA, mi Maestro incomparable, mi amigo fidelísimo y mi compañero inseparable por su inconmensurable espíritu. Debo expresar mi más rendido agradecimiento por haber acogido con ejemplar valor cívico el deseo postrimero de este insigne ecuatoriano de que sus despojos mortales descansen para siempre en su amada y añorada Patria, al Sr. Excmo. Presidente de la República, el Ing. Don León Febres Cordero, quien en alto ejemplo de ecuatorianidad y de americanidad esenciales, ordenó todas las providencias ejecutivas para el cumplimiento de la última voluntad de un ecuatoriano excepcional que en su largo exilio mantuvo incólume su absoluta fidelidad a su ciudadanía porque trocarla por otra le pareció siempre traición de lesa Patria. También agradezco muy conmovida a Sr. Presidente del H. Congreso Nacional, el Dr. Jorge Zavala Baquerizo, al Sr. Ministro de Relaciones Exteriores, al Sr. Secretario General de la Administración Pública, Lic. Don Patricio Quevedo Terán, al Sr. Jefe Civil de la Casa Presidencial, Lic. Francisco Arias, al Sr. Embajador en la Argentina, Don Gonzalo Almeida Urrutia, al Cónsul General en Buenos Aires, Don Arturo Suárez Nieto y al Primer Secretario de la Embajada, Don Rubén Paredes, por los valiosísimos servicios prestados en tan dolorosa gestión.

JULIO LARREA fue mi compañero inseparable. Con él me unimismé en los momentos más felices de mi existencia; con él compartí su vida de lucha bravía en defensa de los ideales de libertad, justicia, democracia, república y los de la dignificación humana; con él hicimos un alto en el camino urgidos por las fatigas laboriosas; con él conviví el dolor enfrentado siempre con la templanza que daban su fe, su esperanza, su optimismo en un porvenir venturoso y finalmente debí soportar sin quejas ni lágrimas por ser tan hondo y lacerante el sufrimiento, su infausta muerte, acaecida en la aciaga noche del 18 de agosto de 1987, muerte tan sentida y lamentada en las mentes y corazones de todos cuantos lo conocieron y admiraron en su larga y fructífera y ejemplar existencia. Muerte que no sólo enluta al Ecuador, su noble Patria, a sus patrias adoptivas México, Chile y Argentina, sino a toda la América y al mundo. Sobre todo a esa América que él vislumbró con la fe del visionario bolivariano, a la que él amó con toda la fuerza de su inigualado espíritu creador, a la que consagró los excepcionales poderes de su mente genial, de su corazón apasionado y de sus manos laboriosas, en su condición de pedagogo sin par, sociólogo, político, escritor de primerísima línea y de singular estadista.

Hoy a cinco meses de su muerte, sus cenizas vuelven a Quito, tierra a la que pensaba regresar con sus propios pasos en este enero de 1988 después de una larga ausencia, para besarla con la unción de un hijo que retorna a su hogar luego de haber hecho un largo peregrinaje por tierras lejanas en un duro ostracismo en el que se impuso el incruento sacrificio de acerarse frente a los dulces y frecuentes recuerdos bondadosos de sus seres queridos a los que llevaba en sus entrañas y circulaban por su sangre, tierra que soñaba volver a admirar en el imponente Pichincha, escenario de la hazaña de Sucre, en la cadena de viejos volcanes extinguidos, en sus ensangrentados atardeceres, en sus calles que suben y bajan, en su sabroso sol, en sus lluvias “lavanderas”, en el indio “cerebro y corazón de América” , en sus cholos “embriagados de coraje”, en su plaza de la Independencia, teatro de tantos aconteceres históricos en los que fuera protagonista destacado y en la que tanto enseñó con su conversación fluída, amena, atractiva, salpicada con el humor de su “sal quiteña”, en el olor a papel recién impreso de EL COMERCIO y EL DÍA y de LA CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA donde fue dejando día a día, cartilla tras cartilla, sus páginas densas, valientes, convincentes, salidas en armónica conjunción de su cerebro, de su corazón y de sus manos, historia viva y palpitante de este grande, pequeño y heroico país. Porque JULIO LARREA pese a sus largas ausencias debidas a su espíritu libérrimo y rebelde que rechazaba todo yugo esclavizante, todo convencionalismo asfixiante, toda pavonería hueca y empenachada, es tanto por su vida como por su obra, historia viva del Ecuador y de América.


Nacido en tierra bravía, fue como Juan Montalvo “batido en lava”. Y fue también como Juan Montalvo un hombre recio, fuerte, de presencia gallarda y altiva que hizo su obra en soledad como un enorme y admirable picacho nevado del Ande ecuatoriano.

Y fue también como Juan Montalvo un polemista de fuste, dentro y fuera del Ecuador, un estilista admirable sin igual en la Pedagogía, la Sociología, la Política y la Economía. En él todo surgía de la observación, confrontación y crítica de la realidad viva y candente. Todo en él era vitalidad pujante, armónicamente orientada por su luminoso pensamiento. En él idea y estilo tenían un ajuste perfecto. Había nacido con el don de la palabra y del pensamiento profundo, fuerte, renovador. Sabía conmover y convencer.


Tenía admiradores que pronunciaron sobre su personalidad y su obra los juicios más altos que pedagogo americano haya recibido en vida y también tuvo que enfrentar a verdaderas cadenas de mediocres detractores rencorosos y enceguecidos por la luminosidad de su genio creador que lo despojaron de sus cargos, de sus cátedras, le cerraron las puertas de todas las instituciones y cenáculos que crearon para estrechar filas y autoconcederse méritos en términos altisonantes para tratar de anularlo en su alta misión de educador auténtico. A todos supo él responder y aniquilar con su lógica demoledora, su altivez en el combate y la vista siempre puesta en las ideas.

A los dieciséis años publicó su primer artículo en EL COMERCIO. Y a partir de entonces y hasta su muerte, con su propio nombre y con numerosos seudónimos, escribió en diarios y revistas ya en español, inglés o francés artículos periodísticos, ensayos sesudos hasta completar varios miles y una treintena de libros siempre fustigando dictaduras oprobiosas de toda clase, elevando al habitante a la condición de ciudadano, corrigiendo errores acuñados como acierto por falsos líderes del pensamiento y de la ciencia y denunciando la traición a los más nobles intereses del género con la fuerza moral de su “pluma macho”, como tan certeramente la calificara Justino Cornejo.


Su valentía que a veces era temeridad , dejó huella indeleble en todo lugar donde le tocó actuar porque tenía el don singular de mover a la sociedad y a los pueblos, dentro y fuera del Ecuador, a cambios redentores al influjo de su palabra y de su acción. Realizó labor original e inolvidable no sólo en la escuela anexa del JUAN MONTALVO, en la SIMÓN BOLIVAR de Quito, en las Direcciones Provinciales de Cotopaxi y Ambato, en el Colegio Normal MANUEL J. CALLE de Cuenca, en la Dirección de Educación de Pichincha y en la Rectoría del Instituto Pedagógico de la Universidad Central sino que su obra sin par, única en el mundo, fue la creación y dirección de su famosa Revista de Educación y Cultura NUEVA ERA, estimada por los más autorizados Organismos Internacionales, por los más notables Presidentes y Ministros de Educación y por insobornables intelectuales, como “la mejor del mundo.” Y ésta fue la obra de un solo genio creador quien para hacerla no contó con el cargo de ministro ni con el apoyo del partido político ni con el interés mercantilista sino con la acogida de los mismos educadores, hasta de los maestros sin títulos, ávidos de realizar su magna obra. Y así, desde abajo y haciendo él solo todo en la preparación, distribución y circulación de NUEVA ERA, realizó la más genuina reforma educativa que se conoce en América, centró la acción en la elevación de la preparación de los maestros, es decir, desde los zócalos mismos de las nacionalidad. Dirigente máximo en el Ecuador de los movimientos mundiales a favor de la educación activa ,en su calidad de Presidente en el Ecuador de la “New Education Fellowship” con sede central en Londres, JULIO LARREA tanto en Revista como en su magnífico libro LA EDUCACIÓN NUEVA, estableció el equilibrio salvador de sistemas y métodos que impusieron el predominio total de los intereses de los alumnos sobre el papel conductor del maestro.

En justo reconocimiento de su labor incomparable fue invitado como Profesor Titular Extraordinario, el máximo rango académico a enseñar en las Universidades de México,Panamá, Venezuela, Puerto Rico, Chile, San Pablo, Federal del Brasil, Tucumán, La Plata, por cuatro veces en las más destacadas de los Estados Unidos, en Londres y París.

El reconocimiento mundial a su gran capacidad técnica y científica le fue dado por la UNESCO en 1948, al nombrarlo Consultor General del Seminario Mundial de Inglaterra.

Todas las posiciones en el Exterior las tuvo no sólo sin el apoyo del Gobierno del Ecuador, sino cuando era perseguido con cancelaciones honrosas para él surgidas desde la misma Presidencia de la Nación.

En 1932, mi compatriota y reformador genuino de la educación argentina, Víctor Mercante, le reconoció la condición de ser uno de “los fuertes” de la América y le presagió cincuenta años de “soplo fecundo para su país y los demás americanos. Y este presagio se cumplió a cabalidad. Su obra magna, su DIDÁCTICA GENERAL, reconocida tanto en América como en Europa como la más importante de su tiempo, así como su DIDÁCTICA DE LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLAS, quedan como contribuciones únicas en la Ciencia Pedagógica hoy tan decadente con snobismos, parcelaciones, atomizaciones y confusionismos.

Era hombre de paz, pero no de la paz de los sepulcros, sino de una paz laboriosa, insurgente, movida y fecunda, la única paz posible, en la forja de un porvenir promisorio para las generaciones presente y futuras de una América nueva.

En su última estadía en los Estados Unidos se ahincó su fe en los ideales bolivarianos para defender a nuestros pueblos de las asechanzas , la agresión múltiple ,el peligro constante de la vecindad de la gran potencia colonial y volvió a andar los caminos dolorosos y excitantes de esa América que él llamaba “nuestra”, una América que había perdido el timón de su alto destino por la demagogia y el autoritarismo.

En la Argentina hizo una labor ciclópea para mover a cambios salvadores a una juventud desorientada, xenófoba, chauvinista, ensoberbecida por la ignorancia, la concupiscencia del poder demagógico, plutocrático y totalitario del partido único que desembocó en la más cruel y sanguinaria dictadura militar de nuestra historia, juventud arreada por falsos educadores, buhoneros vendedores de la corrupción y el facilismo y que se irresponsabilizaron de su labor destructiva, saliendo del país con cargos bien remunerados, abandonando a los jóvenes ilusos a su propia suerte.

JULIO LARREA supo expresar su verdad incorruptible debiendo desafiar toda clase de peligros en tiempos tan duros. Y, cuando todos silenciaron, él siguió solo su lucha en defensa de una Argentina auténtica tanto desde CUADERNOS AMERICANOS, de México, como desde París y Londres. Continuó su lucha solo en una inmensa pampa de granito, en esa pampa de la parábola de Rodó “de color gris; en su llaneza, ni una arruga; triste y desierta; triste y fría, bajo un cielo de indiferencia, bajo un cielo de plomo”.

Y, para terminar, en esta tocante ceremonia presidida por el espíritu indestructible de JULIO LARREA debo decir con el corazón acongojado y desgarrado todo mi ser por una separación cruelmente definitiva, que sólo he podido cumplir con la voluntad postrimera de mi compañero tan amado y admirado, porque él me formó para los actos más heroicos, para las renunciaciones más sublimes y para los sacrificios más grandes en su ESCUELA HEROICA de la bondad, de la generosidad y de la meta puesta en el ideal, escuela de la que sólo él pudo ser el MAESTRO, en una nueva encarnación del famoso Caballero de la Mancha.

BREVE SELECCIÓN DE PENSAMIENTOS DE JULIO LARREA

“La educación es el poder del pensamiento independiente y de la voluntad libertadora para alcanzar verdades, para romper cadenas y para abolir esclavitudes de todas las tipolo-gías”

“Como la educación es el tránsito del ser al deber ser, la obra de ésta no se limita a simples alcances y menesteres de adaptación del sujeto a la realidad , al ambiente, a la sociedad. La adaptación no significa el forzamiento a la persona para que se allane ante las peores presiones del ambiente, sino para que seleccione deliberadamente los valores formativos de la comunidad y los convierta en punto de arranque del esfuerzo.”

“Toda educación auténtica culmina en autoeducación”.

“La era de los modelos, de las modelaciones y de las clases modelos ha desaparecido en los países que más han avanzado en los campos de los hechos en la Pedagogía. La idea del modelo implica la capacidad para modelar. Y la modelación en ciertos países, en nuestro tiempo, ha implicado frecuentemente, en los regímenes totalitarios, el seguimiento incondicional a un dictador. En la democracia hay libertad para recibir un estímulo amplio de todos lados, siempre con un sentido crítico, para tener en cuenta la obra valiosa de todos los hombres representativos del pasado y del presente.”

“En la educación no caben ni el esfuerzo estéril ni el interés relajador, sino un interés portador de intencionalidad reflexiva, identificado con el esfuerzo planeado en dirección de fines a niveles de edades, grados de desenvolvimiento y especificidad de procesos y para progresos evidentes.”

“Hay que devolverle al maestro la dignidad que tuvo en los mejores tiempos. Pero hay que hacerle debidamente depositario de una fe nueva que se pone en su trabajo, y más que en su trabajo eficiente, en su misión.”

“Reformismo unilateral y superficial y rutina ciega y obstinada coexisten en perfecto ensamble. Las reformas trascendentales tienen significación filosófica, cuentan con amplios planes, movilizan grandes recursos y se apoyan en cimientos de la historia grande.”

“La obra redentora de cada pueblo tiene que nacer dentro de sí mismo y desde las entrañas profundas de su estructura.”

“La solución de los problemas educativos en simple y cerrado campo escolar, en compartimentos estancos, sería del todo insuficiente. La vida envuelve la educación y la educación tiene que conducir a la vida a planos superiores, considerándola y estimulándola desde todos los frentes y repliegues.”

“El gobernante de veras notable, el político de alta talla, es un educador de pueblos y enseña más por lo que hace que por lo que dice. Y la escuela para la ciudadanía es escuela de formación plenaria , porque hay que promover ciudadanos sobre hombres íntegros y dentro de sociedades convertidas en fuerzas educadoras desde la vida privada hasta la pública”

“El poder político es más sujeto de deber que de derecho.”

“La sociedad actual está organizada en tal forma como para que en su seno encuentren el medio adecuado solamente los medianos y para que puedan prosperar los mediocres. A los débiles se los margina y se los amontona en cualquier parte. Y se crea una atmósfera hostil para las mentalidades y las conductas superiores.”

“Mientras no haya la formación de conciencias individuales libres, fortalecidas con el fomento de la personalidad, capaces de iniciativas y esfuerzos propios, el futuro no será sino una pálida y eterna reproducción de una vida ancestral , y los pueblos, muy a su despecho girarán, cual fantasmas paralíticos, alrededor de los que” hacen política”.

Mientras tengamos masas ignorantes que esperan todo del Estado, de la Providencia, o del Gobierno, o del Caudillo, continuaremos sumidos en un pesado marasmo que tiene quizás los atractivos del opio, pero que es fatal para la colectividad porque representa estancamiento, pereza y pesimismo; mientras nuestros hombres y nuestros pueblos tengan la tendencia de ocultar las leyes propias, las del grupo y las del país, tratando de ahogarlo todo en las sombras del silencio; mientras falte honradez en las clases dirigentes de la sociedad y personalidad en los ciudadanos, la corrupción política continuará triunfante y arrolladora, danzando con ademán feroz y satisfacción luciferina, sobre los despojos putrefactos de la Patria. Continuará pues, el estado neutro, enfermizo, nefasto: los funcionarios públicos, con el amor a la holganza; los políticos, con el culto al poder y al lucro; los partidos políticos subsistirán como meras agrupaciones artificiosas, egoístas, sin ideales, sin nobles móviles, desmoralizando a los pueblos con el terrible espectáculo de sus terribles luchas personales, para quienes el poder será siempre un botín que pueden repartirse entre los suyos. La Patria continuará siendo su persona; y el patriotismo no será sino una amalgama de ambición rastrera, de hipocresía y pequeñez de espíritu, que se manifestará por jactancias, agitando bandos y entonando cantos: el alma nacional no se sentirá latir y, de este modo, las nuevas instituciones y las nuevas leyes no serán sino fúnebre sudario en que hayamos de envolver el cuerpo ensangrentado de la Patria.”

“Nuestra desgracia obedece en gran parte a que esperamos todo de las fuerzas limitadas de un solo hombre. Por eso, el mal del caudillismo. No creemos en el papel educador de las dictaduras. Ni creemos en los reformadores infalibles.”

“Los verdaderos directores de nuestra vida política y social no han sido todavía, pero llegarán a serlo seguramente algún día, las ideas y los sentimientos; hasta ahora han sido y son directores los instintos, las pasiones y los personalismos.”·.

“No puede concebirse una política nueva sin arraigadas y ardientes convicciones pedagógicas: como no puede hablarse siquiera de una política educativa sin los anticipos de efectivas revoluciones con las que ganen terreno la estructura y servicios democráticos.”

“En la política nueva las discusiones avivan la presencia razonante de voluntades ciudadanas. La única desconfianza que se pone en trámite es la que se dirige contra los apáticos e irresponsables, convertidos en aditamentos de las máquinas, leales con la vieja política que elimina las colaboraciones del pensamiento y que pide tan sólo la realización de tareas materiales que pueden medirse y pagarse con apreciaciones cuantitativas.”

“Tan grande importancia tienen las deliberaciones populares en la democracia vitalizada por la política nueva, que éstas no asustan a nadie, aún en las etapas plenas de acción constructiva, en las que no sería sino de esperar el aplauso unánime y prolongado.”

“Hacer vida nacional significa dar posibilidades de colaboración, oportunidades de acción a todos los hombres y a todos los grupos. En un régimen de privilegios en el cual está prohibida hasta la duda sobre la eficiencia y moralidad de alguna institución o autoridad pidiendo a los ciudadanos que sólo aplaudan o teman,es revelar que no se hace democracia.”

“Ninguna cultura verdadera es monopolio, privilegio,aristocratización.. La cultura es movilización de medios técnicos nuevos e incentivos especiales a favor de los humildes. El sabio, el artista, el pensador de extracción democrática irrumpen desde el zócalo común de sufrimientos, esfuerzos, luchas, sacrificios y angustias del pueblo. Hunden sus raíces humanas en el suelo de todos.”

“Política grande es la que hace falta para acabar con los artificios personalistas y logreros de la pequeña política. Política grande que se atenga a principios, que eleve a la nación, que dé lecciones de desprendimiento y que barra con las camarillas mercantilistas ocultas detrás de múltiples disfraces. Política que se apoye en la ciencia y que estimule las líneas profesionales sobresalientes. Política que gobierne educando y que reforme civilizando.”

“El maestro político, a medida que más cambia su profesión con la de las artes de la barricada de circunstancias y con la agitación electorera, pierde en niveles de dominio científico, y las escuelas descienden en calidades docentes y técnicas. Pero el maestro también pierde en autoridad moral, de acuerdo con obligados juegos a que se somete en la pequeña política: pactos, convenios de círculo, arreglos en la mesa del Presupuesto del Estado.”

“Libertad sin igualdad de oportunidades será campo ilímite para los audaces o los privilegiados. Igualdad sin libertad, en cambio, será producción en serie: conversión del Estado en máquina, en dictadura de uniformismos inhumanos.”

La fraternidad entre los hombres es la consecuencia de la armonía de la libertad y de la igualdad. La democracia, de este modo es algo que posee fuerza de perfeccionamiento incesante. Nunca es término. Jamás, un molde.”

“Las luchas en pos de mejores formas de democracia son permanentes, tienen que ser permanentes. Y la crítica de la experiencia es un deber, no solamente un derecho. Toda tendencia autoritaria debe ser suprimida en un magisterio para la vida nacional e internacional.”

JULIO LARREA, UN HOMBRE, UN NOMBRE Y UNA OBRA EN LA EDUCACIÓN MUNDIAL

En la mitad del mundo, allí donde todos los caminos se entrecruzan , en la tierra siempre verde y de sol ardiente atemperado por la alta meseta andina y las nieves impolutas de la deslumbrante cadena de volcanes extinguidos, en la tierra de la eterna primavera , en esa tierra de contrastes agudos que configuran paisajes de inefable belleza, en el Ecuador, nació en 1904, vivió y luchó denodadamente por la libertad, por la justicia, por la democracia, Julio Larrea, adalid quijotesco de la causa educativa a alto nivel científico y técnico a favor de las grandes masas de la inmensa y rica América, con la sana inspiración de construir un genuino Mundo Nuevo.

Aprendió en su propio hogar, guiado por las sabias, profundas y bellas enseñanzas de su padre, el celebrado educador ecuatoriano Alejandro Larrea Fonseca, cuyo nombre lleva una de las escuelas más populosas de la Provincia de Pichincha, el mensaje redentor del Gran Libertador Simón Bolívar, el sentido de la lucha denodada de Juan Montalvo en contra de la tiranía , expresada en la más bella prosa en lengua española del siglo XIX, la acción civilizadora de Vicente Rocafuerte y la admiración activa por Eloy Alfaro, el General que heroicamente estableció en el Ecuador el laicismo del Estado . Y fue también en ese hogar donde se rendía activo culto a las ideas, a la ética, a la solidaridad, unido a la diaria práctica de maneras refinadas y corteses , en el que también su madre, la distinguida dama Griselda Estrella , forjó su indoblegable voluntad de lucha en defensa de lo que estimó justo, bello y bueno.

Dotado de una prodigiosa imaginación revelada desde su más tierna infancia en fantásticas recreaciones de cuentos infantiles que deslumbraban a niños mayores que él, ella inspiró toda su original obra de escritor, educador y pedagogo y le llevó a fundar y a dirigir su propia Revista de Educación y Cultura NUEVA ERA, “ una epopeya publicitaria sin ejemplo” - en juicio del pedagogo español Santiago Hernández Ruiz -, “pues” –continúa –“ sólo el que anda en estas cosas de publicidad sabe lo que es sostener la mejor Revista Pedagógica del mundo a fuerza de pura voluntad y trabajo, en lucha desesperada con el huidizo centavo”. Obra creadora singular por la que lo definió como “titán de la educación”.

Vivió siempre en contacto con libros, primero de la rica biblioteca de obras notables que fue formando su padre a lo largo de su extensa vida, obras notables tanto en el aspecto cultural general y científico como en el pedagógico acerca del contenido de las cuales discutían padre e hijo diariamente sobre la formación de criterios que trataran de relacionar la experiencia viva con las ideas directrices de las teorías más audaces. Y más tarde, de su propia biblioteca que la inició a edad muy temprana y que acrecentó durante toda su vida – tanto dentro como fuera del Ecuador –hasta llegar a poseer una de las más selectas y ricas bibliotecas pedagógicas privadas de la América Latina, con gran cantidad de publicaciones enviadas por sus autores con muy altas y elocuentes dedicatorias de reconocimiento a su ciclópea labor publicitaria tanto de su famosa Revista como de sus treinta libros estimados como contribuciones originales en su materia.

Los ricos sucesos de EL QUIJOTE se grabaron en su mente desde niño, por ser el libro predilecto de su padre quien se lo leía noche a noche y le agregaba su enjundioso y luminoso comentario, ayudando a conformar su buen hablar y su temprana vocación de escritor y de defensor de ideales aún fuera de su Patria y a los que se mantuvo fiel hasta su muerte. Ideales sostenidos con la práctica de lo que él llamaba “disciplina heroica” para vivirlos a plenitud como esencias mismas del ser, hasta constituir uno de los más gallardos ejemplos de Hombre íntegro, inmenso y único en la Historia de la Educación.
Ningún educador americano como él para ofrendar su vida recorriendo palmo a palmo los caminos de la dolorida América, para acoger y difundir generosamente en NUEVA ERA el pensamiento de tantos pensadores y educadores de ambos lados del Atlántico, para llevar hasta los últimos rincones su lección de fe, de confianza, de optimismo en los destinos altos del hombre, para iluminar con su palabra densa, vívida, elocuente y certera los más complejos problemas de la educación, de la cultura, de la sociología y de la política como ciencia, y para expresar sin ambages su verbo viril, potente y sin transacciones frente al descarrío y a la traición.

Consagró todo su genio sostenido por una férrea voluntad a bregar y a luchar por una América “librada de la ignorancia, del mercantilismo, de la abyección, de la rutina, de la tendencia a parecer y no a ser, del seguimiento a moldes o modelos, de la subvaloración de lo americano y de toda clase de tiranías “, como él lo estampó en letras indelebles en la Dedicatoria de su voluminosa y más polémica obra titulada DIDÁCTICA DE LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLAS (UTEHA., México, D.F.,1961. 450 p.).

Atahuallpa, Espejo, Sucre, Montalvo, Alfaro, del Ecuador; Cuáuthemoc, Hidalgo, Benito Juárez, Zapata, de México; José Martí, de Cuba; Moreno y Alberdi, de la Argentina; Rodó, del Uruguay, inspirados y conducidos todos en su penetración en el cielo rebelde por el Genio Augusto de la Raza, el Libertador Simón Bolívar, fueron los arquetipos de nacionalidad americana y universal que conformaron las esencias más prístinas de su vida y de su obra de educador nato.

“Laborar es orar y amar a Dios” solía repetir cada mañana gozando a plenitud la llegada de un nuevo día. Y ésa fue su religión de siempre. No hubo jornada de su larga existencia en que no haya escrito o más frecuentemente dictado su luminoso pensamiento expresado con el estilo del insigne escritor que era, en prosa bien castigada, sin ripios, firme, certera, directa y elegante, con períodos extensos y llenos de intercalados que iban matizando y redondeando las ideas profundas, originales y equilibradas, alternados con otros breves y sintetizadores. Jamás revisaba lo dictado ya que tenía la firme convicción de haberlo meditado profundamente. Su lectura de autores era lenta porque para él leer era retener y entrar en diálogo vivo con las ideas. Su prodigiosa memoria le permitía mantener lo leído por meses y años y reproducirlo con sorprendente exactitud. En contraste, sus propias ideas fluían rápidamente, y así se iban formando página sobre página, libros voluminosos sin hacer borrador.

Desde sus años de alumno del Normal “JUAN MONTALVO” Larrea comenzó a colaborar en los periódicos de Quito. EL COMERCIO publicó su primer artículo a los dieciséis años. Durante su residencia en la ciudad de Cuenca como Profesor del Colegio Normal “MANUEL J. CALLE”, escribía cuatro artículos diarios que se publicaban en EL MERCURIO, “DIARIO DEL SUR”, de esa ciudad y en “EL DÍA”, “LA TIERRA” y el mencionado “EL COMERCIO” artículos que reproducía EL TELEGRAFO, de Guayaquil. A los veinticinco años ya era un intelectual de fuste.

Su acción pedagógica en Cuenca, fue evocada por el Profesor Gilberto Molina Correa así : “Fue mi Profesor en el primer curso.Era alto, elegante, con un excelente gusto en la elección de sus corbatas. Fue un docente singular, con una inteligencia prodigiosa, una ilustración vastísima, una personalidad ejecutiva con dinamismo funcional ciertamente admirables. Es un pionero de la Reforma Educativa en nuestro país. Sus libros son un documental terminante, su cátedra fue ejemplar. Era un pedagogo de acción y pasión edificantes”.

Ya con su propio nombre, ya con una variedad de seudónimos como los de Jean Maurois, John Taylor, Gonzalo González, Altamira, Licenciado Vidriera, y, en los últimos diez años de su vida el de Juan Fernández en sus memorables ensayos referidos a problemas políticos, socioeconómicos y educativos del Continente aparecidos en CUADERNOS AMERICANOS, de México, escribió siempre fustigando a dictaduras oprobiosas, elevando al habitante a la condición de ciudadano, corrigiendo errores acuñados como aciertos por seudo líderes del pensamiento y denunciando la traición a los más nobles intereses del género humano, con su inconfundible pluma macho, como la definiera su compatriota Justino Cornejo.

Inclaudicable defensor de ideas pedagógicas renovadoras las defendió con tanta razón y pasión como para enfrentar al general Telmo Paz y Miño, Rector del Colegio “JUAN MONTALVO” quien lo canceló por defender un nuevo concepto de disciplina escolar, como lo recuerda el notable empresario ecuatoriano Aurelio Granda Centeno, en los siguientes términos:

“Mi brillante y querido amigo Julio no fue solamente mi Profesor, sino mi Maestro en la integridad del término. Además de enseñar Gramática y Literatura Españolas, supo inculcar en sus discípulos principios morales, altura de miras en la vida y un enorme anhelo de superación. Todo esto no solamente a través de su palabra fluída y autorizada, sino de su ejemplo de ciudadano honorabilísimo....Entre mis amigos y Profesores, Julio fue para mí, tanto como un Hermano Mayor: mayor en la cultura, en la reciedumbre de su espíritu rebelde, en la lozanía de su mente clara y profunda y un hombre de una enorme lealtad a sus principios y a sus amigos. Dejó varias generaciones de discípulos, que siempre lo hemos recordado y recordaremos con profundo cariño, respeto y devoción espiritual.- Yo fui expulsado del Colegio Normal “Juan Montalvo”, del cual fue profesor benemérito y, por defenderme, se ganó la cobarde represalia de un “generalucho retirado”, que lo hizo cancelar. Como alumno de él, también he sido rebelde y sigo siéndolo contra lo que juzgo injusto, innoble o dictatorial.”
Ningún ecuatoriano fue tantas veces separado de sus cargos y ninguno recibió cesantías más honrosas para el auténtico vivir republicano. Frente a la sistemática acción persecutoria del Ejecutivo aún estando fuera del país, contratado como Profesor de planta en la Universidad de Chile, en las mismas condiciones que a Ferrater Mora, se levantó potente y justa la voz de la H. Cámara de Diputados del Ecuador que en su sesión del 14 de octubre de 1952 reconoció el singular valor filosófico , científico y técnico de su obra educativa tanto en el Ecuador como en el ámbito internacional. Volvió a pronunciarse en el mismo sentido en 1982.

En todos los países en los que actuó por invitación de sus gobiernos nacionales y de prestigiosas universidades, junto a la tarea de asesoramiento y docencia, en disciplinas fundamentales pedagógicas y también en Ciencias Políticas y Sociales que sirven de contexto indispensable al planteo y al estudio más analítico y a la resolución mejor orientados de los problemas educativos, unió siempre la actividad periodística desde las columnas de los más importantes diarios de las ciudades Capitales. Puede explicarse las fuerza de su estilo y el poder directo para expresar ideas en gran parte, a la acción periodística ágil y siempre despierta y en conjunción vital con la naturaleza de las cosas y el drama humano que se vive en cada latitud.

La justa valoración de sus sobresalientes dotes de pensador sobre la realidad nacional y de escritor le llegó desde el primer libro titulado CUESTIONES EDUCACIONALES (Quito, 1932), en las palabras proféticas , entre otros, de Víctor Mercante, el fundador de la Pedagogía Científica en la Argentina: “Saludo en Ud. a uno de nuestros fuertes. Tiene por delante cincuenta años de acción y su soplo constructivo, no me cabe la menor duda, será fecundo para su país y los demás americanos.”

Esta innata capacidad pedagógica le llevó a iniciar la reforma de la educación ecuatoriana desde el nivel inicial como director de la escuela de niños pobres, la “SIMÓN BOLÍVAR”, que por su acción secundada por su hermano Gerardo, destacado sicólogo y un grupo selecto de maestros, la convirtió en experimental y la mejor de la ciudad Capital, comenzando con su generosa acción desde el diario EL DÍA para lograr el reconocimiento legal y la correspondiente manutención de niños concebidos fuera del matrimonio hasta descubrir y alentar vocaciones como lo recordaba el pintor de fama mundial, Oswaldo Guayasamín, al enterarse de su fallecimiento:

“Guardo un gratísimo recuerdo del Profesor Dr. Julio Larrea, quien ejercía la Dirección de la Escuela Simón Bolívar de Quito, una de las tantas donde fui a parar porque mi dedicación estaba volcada al dibujo y a la pintura y no me interesaba nada más. Mi madre me matriculó en ese plantel, en sexto grado, requisito que había que cumplir para ingresar a la Escuela de Bellas Artes. Mi padre era muy duro e intransigente y se oponía a mi vocación. Como yo era un niño de 11 años no podía decidir por mí y allí fue que intervino con gran eficiencia don Julio Larrea quien convenció a mi madre para que me matricule en Bellas Artes por encima de la oposición de mi padre, aseverando que mi destino era ser pintor. Esa ayuda fue determinante para mi vida.”

En 1933, estando desempeñando la Dirección de Educación de la Provincia de León – hoy Cotopaxi – fundó NUEVA ERA, para “que el maestro mismo explique sus inquietudes, dé vuelo a sus anhelos y se constituya en unidad de vida y de trabajo. NUEVA ERA no es sino uno de los números de un plan de reforma, trazado en las escuelas y para las escuelas.” Este plan de reforma concebido por Larrea centra su acción en el niño como elemento vivo en la incorporación de sus padres a la labor reformista de la escuela, proceso conducido por” el maestro que socializa el pensamiento y el método de la docencia activa”

NUEVA ERA creció hasta convertirse en Revista Interamericana a partir del número diez (segunda época), en 1941, y ser publicada estando su Director como Profesor pleno, en las Universidades de México, Chile, Argentina y Brasil. Así el número trece, en 1944, fue publicado con los auspicios de la Secretaría de Educación Pública de México. El catorce, en 1945, por la Universidad de Chile; y, en el mismo año, el quince, en edición bilingüe por los Ministerios de Educación y de Relaciones Exteriores de Brasil. Junto a la colaboración de destacados especialistas nacionales de cada país estuvo siempre la de los más prominentes intelectuales de los otros países del Continente Americano y de Europa. En 1957, el volumen veinticuatro, apareció en la Argentina, con el auspicio de la Universidad Nacional de Tucumán.Todos en volúmenes de 320 páginas.

En la década del 40 varios volúmenes aparecieron también en edición bilingüe –español-inglés – por la gran acogida que tuvo la Revista en los Estados Unidos, país cuyo gobierno y universidades invitaron a su Director en 1941 y 1943. También en 1948 y 1965.A partir de 1945 NUEVA ERA se convirtió en Revista Internacional por contar con una abundante y bien selecta contribución de los más destacados pedagogos, pensadores, sociólogos y representantes de la cultura de América y Europa.
Fue tan alto el nivel alcanzado por NUEVA ERA y tan asombrosa la labor desinteresada de Larrea que solo preparaba cada edición, su circulación y distribución –gratuita fuera del Ecuador – que recibió juicios de los más connotados especialistas como –entre tantos otros – además del de los Organismos Internacionales, el de H. M. Chambers, Presidente del American Council on Education : “NUEVA ERA es la más admirable publicación pedagógica del mundo”, o el de Pedro Roselló, en su condición de Sub-Director del Bureau International de Education :” NUEVA ERA figura, como se merece, en lugar prominente entre las trescientas revistas pedagógicas que recibimos del mundo entero;” o la de Luis B. Prieto, Ministro de Educación de Venezuela : “La generosa labor de NUEVA ERA América agradece. Está contribuyendo a vincularnos en mayor grado que medio siglo de conferencias hispanoamericanas”; o la de Ronald Hilton, de Stanford University(California: “Yo no sé qué sería de Hispanoamérica si no hubiese más que política, si faltaran esos individuos quienes, como Julio Larrea no dejan apagarse el fuego sagrado de la cultura. Lo felicito de todo corazón por la labor individual, heroica, que está realizando. Es desgraciadamente típico de las cosas culturales que sean producto de un solo hombre creador sin el cual no podrían continuar y de hecho no continuarían”. En LECTURA PARA MAESTROS, órgano de la Unión Americana se la calificó como “Tribuna de los líderes de las educación contemporánea de esta , inigualada publicación”. Lorenzo Luzuriaga la calificó como “La única revista pedagógica legible en lengua española”.M.A. Texeira de Freitas se pronunció en estos términos:”Expreso la admiración y el inmenso aprecio que se merece la nobilísima vida de Julio Larrea, como sociólogo, publicista y educador, tanto por su iluminado idealismo como figura humana y ciudadano de América. Y más todavía por la significación trascendente de la obra inmensa e inexplicable que viene realizando el incansable Director de NUEVA ERA, en pro de la educación , de la justicia social y de la fraternidad de nuestro Continente.”Para Elsa Bergamaschi, Presidenta de la Liga Italiana para la Nueva Educación, “NUEVA ERA es la mejor revista pedagógica del mundo. Está hecha de tal modo de constituir el órgano más completo de la unión pedagógica de educadores y países.”

En 1942 NUEVA ERA recibió el Primer Premio en Cuba, entre 1711 publicaciones del mundo entero. Por su ciclópea labor en la publicación de esta Revista, el pensador Juan Roura Parella, lo definió como
“El hombre de la nostalgia de la unión americana”

La autoridad moral, intelectual y pedagógica de Larrea llegó a ser tan altamente valorada y reconocida que el Director General de la UNESCO, el Dr. Julian Huxley, en 1948, lo invitó personalmente para desempeñar la importante función de Consultor General del Seminario Pedagógico Mundial , reunido en el verano de dicho año en Ashridge, Inglaterra.

Luego de la publicación , en 1939 , de su libro PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN ECUATORIANA, como fervoroso defensor de los principios científicos de la educación activa que llevó a la práctica con gran éxito en la escuela SIMON BOLIVAR, de Quito, produciendo una auténtica reforma educativa de carácter nacional y donde descubrió y alentó vocaciones siendo el caso más notable el de Oswaldo Guayasamín, pintor de prestigio mundial, expuso sus vastísimos conocimientos y su rica experiencia que se acrecentó con su contacto con la educación de los Estados Unidos, como invitado especial por la América Latina de la “American Progressive Education”, en 1941, a la Conferencia sobre la Nueva Educación, reunida en Ann Arbor (Michigan), y en 1943, por el Departamento de Estado para observar los problemas educativos ajustados a la situación de guerra, así como con la educación mexicana en su proceso renovador en objetivos, procedimientos y técnicas, invitado con el cargo de técnico por la Secretaría de Educación Pública, en su libro LA EDUCACIÓN NUEVA, cuya primera educación apareció en Quito, en 1951. Este libro consagró definitivamente la gran autoridad de Larrea en la Pedagogía mundial ya que es el único en español que aborda tan grande número de asuntos así como el sentido crítico de tendencias, corrientes y escuelas basado en un análisis pormenorizado, completo y equilibrado, según juicios de América y Europa. Fue adoptado como obra de consulta en numerosas universidades e institutos superiores en ambas Américas y traducido al inglés, francés , portugués y japonés.

Por su invalorable contribución a la educación activa en el mundo fue nombrado Presidente de la “New Education Fellowship” en el Ecuador con sede central en Londres.

En 1957, estando contratado como Profesor Extraordinario por la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, apareció en México, su obra cumbre, su DIDÁCTICA GENERAL ( Herrero, México, D. F. , 450 p.), calificada por el crítico español Julián Caparrós Morata , como una obra “ que marca época en la historia pedagógica en lengua española. Obra impar , no superada y difícilmente superable. No sólo por la temática que nutre sus densas, enjundiosas páginas; no sólo por el sistema y rigor del enfoque y tratamiento; sino por el espíritu humano que vivifica temática y técnica, raíz y copa, arranque y meta.” Además de una sólida fundamentación del método y del análisis de formas y sistemas de enseñanza trata temas que jamás lo fueron antes como la interdependencia y autonomía de la lógica y la sicología en el campo de la Didáctica, la importancia de las memoria y de la atención en el aprendizaje; la motivación y el aprendizaje; el principio de unidad de la Didáctica; Pedagogía Experimental; fundamento científico y artístico de la lección; autocrítica de la lección y vitalidad de la práctica de la enseñanza.

Larrea preconiza la escuela del esfuerzo basada en el interés auténtico: escuela que prepara para la forja de un mundo nuevo: escuela heroica. Característica de toda su obra fue la de establecer la interdependencia de las disciplinas en el hecho pedagógico. La necesidad de establecer la estrecha relación entre cerebro, corazón y manos. Entre la idea y la práctica. Entre el ser y el deber ser. Por primera vez, con esta obra , se establece un reflexivo enlace entre la Didáctica del siglo XIX y la del XX. No concibe el proceso educativo sin un ambiente de libertad. Libertad –derecho y libertad-deber. Libertad para los alumnos y de los pueblos que “implica, la necesidad de maestros libres de todo subyugamiento y esclavitud”.

En 1960 se publicó su DIDÁCTICA DE LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLAS (UTEHA. México. D.F. 450 p.), en colaboración con Elba A. Martínez. Es ésta, hasta hoy, la única obra orgánica en la materia, ampliamente consultada en los países hispanoparlantes y en universidades de los Estados Unidos de América.

En su país, Larrea llegó temprano a los más altos cargos de la educación. Fue Director o Decano del Instituto Pedagógico de la Universidad Central del Ecuador. En el Exterior, además de su docencia en las UNAM, en 1944 y 1961, en la Universidad de Chile, (1944 y 1966); en la de San Pablo y Río de Janeiro (1945), en las de Buenos Aires y La Plata (Argentina), 1945 y 1967, lo hizo también en la de Panamá (1954); en las de Londres y París (1954 –55). En 1965 fue invitado por la Universidad Central de Venezuela. A partir de 1961 fue nuevamente Profesor Visitante.

Murió en Tucumán, el 18 de agosto de 1987. Sus restos fueron repatriados por la Presidencia del Ecuador y reposan a perpetuidad en la Cripta de la Dolorosa de San Gabriel, en Quito.

Fue por muchos años el colaborador permanente por la América Latina del WORLD YEARBOOK OF EDUCATION (publicación conjunta de las Universidades de Londres y Columbia); también de EDUCATION AND SOCIETY (Tifflin, Ohio); COMPARATIVE EDUCATION REVIEW ( Teachers, College, New York). En la primera de estas publicaciones así como en CUADERNOS AMERICANOS (México, D.F.), escribió ensayos de treinta páginas, muy celebrados por sus editores y lectores.

Sus otros libros tratan los siguientes temas: PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN ECUATORIANA(1939); PROBLEMAS DE ADMINISTRACIÓN Y ORGANIZACIÓN ESCOLAR (1944); TENDENCIAS DE LA EDUCACIÓN LATINOAMERICANA (1949); LA INVESTIGACIÓN OBJETIVA DEL TRABAJO ESCOLAR (1954 y 1967); LA CLASE EN ACCION (1954); LA EDUCACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS (1960); AIMS AND PROBLEMS IN LATIN-AMERICAN UNIVERSITIES (1959); THE GIFTED STUDENTS AND THE PROMOTION OF A NEW WORLD (1962); THE EDUCATION AND TRAINING OF TEACHERS IN LATIN-AMERICAN (1963); LA PEDAGOGÍA DE LA IGUALDAD Y LA PEDAGOGÍA DE LA DESIGUALDAD (1964); LAS PRUEBAS, LA PROMOCION Y LA EVALUACIÓN ESCOLARES (1968), etc.. Publicó unos cinco mil artículos.

Por su labor a favor de las integración cultural americana, reconocidamente desinteresada , fue nombrado MIEMBRO DE HONOR DE LA LIGA DE DERECHOS HUMANOS DE GINEBRA.
Su biografía consta en EL LIBRO DE LA CIUDAD DE SAN FRANCISCO DE QUITO (1950), en LEADERS OF EDUCATION y WORLD LEADERS OF EDUCATION.